Tuesday, November 22, 2005

Breves consejos para una Escritura de Izquierda

1
¿Cómo describir a una persona espástica, una persona que tiene un afección en el Sistema Nervioso Central, sin que parezca que quien escribe se está burlando de ella? Decir que "la Escribana tenía una afección en el Sistema Nervioso Central" es muy amable con ella, pero no es eso lo que se quiere contar. La escritura tiene que juntar valor y describir con crudeza.
Porque lo que quiero escribir es que la escribana era un pez.
Tenía, además, una venda en un brazo- se había accidentado hacía unos días. Tenía también moretones, pero ese es un detalle demasiado patético que tal vez debería procesar por mi cuenta.
Para firmar un papel- es una Escribana: se arroja sobre el escritorio y la lapicera recorre con prolijidad infinita unos centímetros, mientras el resto del cuerpo estalla en asimetrías y sus pies quedan flotando en el aire, el cuerpo horizontal sobre la silla, y las piernas se mueven como si pedalearan.
Flotaba, nunca encontraba un centro, parecía empezar a apoyar el peso de su cuerpo en una pierna que se flexionaba, pero la pierna seguía flexionándose más de la cuenta y volvía a levantarse y se apoyaba con la espalda contra la pared, pero la espalda rozaba la pared y volvía a inclinarse sobre otra de sus piernas y así.
Cuando nos sentamos junto a la mesa de la sala del Banco Río donde se llevaría a cabo la transacción, el padre del vendedor le dijo con una amabilidad exasperante: menos mal que se lastimó la mano izquierda. Sí, dijo la Escribana pez sonriendo o sufriendo, sin dejar de dar vueltas dentro de la pequeña superficie de su silla.
Ya me estoy burlando, siento que me estoy burlando.
La Escribana. Todo su oficio se centra en la precisión, pensé, en la exactitud de lo que cualquiera podría hacer más o menos bien. Dar fe, constatar, todo a través de una firma que más vale por ser suya. Y al leer en voz alta la Escribana pez transformaba toda la vorágine, toda la intensidad de su cuerpo sin eje y sin ritmo, en una voz armónica, una dicción perfecta, melodiosa.
Supe que se trataba de la escritura.

2
Es preciso escribir con la mano izquierda. Excepto aquellos escritores cuya mano hábil es precisamente esa. Ellos deberán escribir con la mano derecha, por supuesto. El consejo radica en la necesidad de escribir con la mano inhábil. Gran parte de los problemas de la actual literatura argentina son provocados por la propensión de los escritores a escribir con su mano hábil. Jamás sería capaz de dispersar su mente, al punto de concebir una descripción fuera de lugar, un chiste inconducente o una historia que no le importa, un escritor que está esforzándose para poder escribir con su mano inhábil.
La escritura es el modo específico en que se atraviesa una dificultad. Debe quedar registro de esto. Este consejo apunta a una verdadera escritura de izquierda.

3
...a requerimiento de las partes,
me constituyo en la sucursal del banco Río,
ubicado en la Avenida Cabildo 1741 de esta ciudad,
donde ante mí, comparecen:
La Escribana pez enmudece de pronto, queda congelada y sé que cada uno de los cinco que la rodeamos creemos que ya no podrá volver. Pero continúa.
La Escribana pez lee unos papeles que son verdad. Los lectores, nosotros, entre los que venden y los que compramos, debemos certificar la verdad del texto. En esas hojas hay una historia: "El terreno sobre el que se halla construido el edificio tiene las medidas y linderos expresados...". Y esa historia es cierta, es verdad. Sin embargo hay palabras, y el modo de escribirlas y presentarlas es uno determinado, y no cualquier otro, aunque podría serlo. Ese modo será, finalmente, el estilo de la escritura. El estilo de la verdad.
Para autorizarse, el texto estriba en textos anteriores: esto es escritura de escrituras: "... redactado el 13 de Junio de 1960 ante el escribano Horacio j. Pampliega, pasada al folio 1076 del registro notarial 205 de esta ciudad, legajo 7830". El escribano Pampliega como cita de autoridad, los números como recurso de verosimilitud. Claro que si esto falla la consecuencia no es la pérdida de un posible lector, sino la caída de una verdad.
Esto pensaba mientras la Escribana pez se arrojaba sobre la mesa y leía la verdad que necesitábamos. Y supe que pensaba en la escritura.

4
A la hora de escribir sobre una personaje que ocupa el cargo de Presidente de una Nación, debe tener presente el escritor que esta clase de personas tiene cuatro dedos en las manos; excepto en las manos derechas, donde tienen además un pulgar que les permite saludarse en las reuniones. Si el escritor pasa por alto este tipo de información, es posible que termine cayendo en el relato fantástico o el mero humorismo.

5
Tengo la escritura en mi poder.
También tengo en mi poder unas llaves, las llaves de mi nuevo departamento.
Podría decir que tengo en mi poder, por lo tanto, un departamento. Pero la escritura me explica que hay allí el registro de un relato, y el poder que tengo ahora es el de incluirme en él.
No hay propiedad privada. Hay relato. Eso es la escritura de izquierda.

(Continuará...)





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