Thursday, October 27, 2005
Canje
El guitarrista de los dedos infectos estaba sentado sobre el colchón. Apoyaba un pie de costado sobre la alfombra y la planta del otro encima. Los ojos cerrados y las cuerdas en el vientre. Concentraba.
La puerta de la habitación se abrió.
Era el Diablo.
Cuando logró llamar su atención, el Diablo se sentó en el colchón, a su lado.
"Tu música, la maravillosa música que compones, se escuchará en todo el mundo. Más que los Beatles y Bach y las canciones de moda, todo junto. Cada persona de este mundo, en todos los continentes, escuchará tu música y la apreciará hasta el extasis. Será una fiebre, una pandemia. Cambiará el mundo, tu música".
El guitarrista de los dedos infectos abrió grandes los ojos lagañosos, y comenzó a buscar con sus manos la parte de su organismo donde suponía tener el alma. Y respondió: pero...
Pero, dijo el Diablo, Nadie, ni siquiera tus familiares ni tus amigo más cercanos, NADIE sabrá que esa música la compusiste vos.
No quería su alma.
Sólo quería jugar.
La puerta de la habitación se abrió.
Era el Diablo.
Cuando logró llamar su atención, el Diablo se sentó en el colchón, a su lado.
"Tu música, la maravillosa música que compones, se escuchará en todo el mundo. Más que los Beatles y Bach y las canciones de moda, todo junto. Cada persona de este mundo, en todos los continentes, escuchará tu música y la apreciará hasta el extasis. Será una fiebre, una pandemia. Cambiará el mundo, tu música".
El guitarrista de los dedos infectos abrió grandes los ojos lagañosos, y comenzó a buscar con sus manos la parte de su organismo donde suponía tener el alma. Y respondió: pero...
Pero, dijo el Diablo, Nadie, ni siquiera tus familiares ni tus amigo más cercanos, NADIE sabrá que esa música la compusiste vos.
No quería su alma.
Sólo quería jugar.
Subscribe to Posts [Atom]