Thursday, August 18, 2005

Pasillos

Por algún extraño mensaje de mi lenguaje corporal, un mensaje que no he logrado desencriptar aún, en las fiestas, reuniones sociales o cualquier aglomeración de personas en espacios reducidos, mi cuerpo se transforma siempre en el borde de un pasillo improvisado.
Esto es: la gente, en su movimiento constante – movimiento algo anárquico en general, signado por la falta de un destino cierto- la gente pasa por el espacio que queda entre mi cuerpo y el objeto que mi cuerpo tenga como punto de referencia- un amigo con el que estoy conversando, un vaso del que estoy bebiendo, una barra sobre la que intento acodarme. Nadie pasa por detrás de mí, ni por detrás de mi objeto de referencia. No sé si me explico. Esté donde esté, haga lo que haga, mi presencia inventa un pasillo que no puedo dejar de mirar – y todos los pasillos conducen a un secreto.

(El cuento completo está a disposición: felevin@hotmail.com)





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